El 5 de agosto fue marcado como un “Lunes Negro” debido a la abrupta caída en las Bolsas de Valores globales, que también afectó a México. A pesar del reciente “superpeso” promovido por el gobierno, el peso mexicano se depreció frente al dólar en medio de una crisis financiera que ha arrastrado a los mercados internacionales a niveles preocupantes.
El índice Nikkei de Japón lideró el desplome con una caída del 12.4%, lo que desencadenó una serie de reacciones en cadena que afectaron a Wall Street y las bolsas europeas. Esta caída ha borrado las ganancias obtenidas en los últimos meses y ha generado gran incertidumbre sobre el futuro económico, con una posible recesión en Estados Unidos amenazando el crecimiento global.
La volatilidad en los mercados financieros refleja no solo una preocupación inmediata, sino también un temor subyacente sobre el futuro económico mundial. Los inversores están reevaluando sus expectativas, lo que podría tener repercusiones significativas en las valoraciones bursátiles y en la economía global en su conjunto, afectando a países como México.
