Lo que podría comenzar como un “juego” con “golpecitos” o apodos “cariñosos” es un nivel de violencia que podría escalar, y regularmente esta situación comienza en el noviazgo.
Recientemente, la Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para que las agresiones en las relaciones de noviazgo sean consideradas como violencia familiar
La directora de Investigación del Observatorio Nacional Ciudadano, Doria Vélez, explicó que si el principal entorno donde se genera la violencia contra la mujer es con la pareja y estas relaciones comienzan a temprana edad, es una situación de relevancia que debe ser visibilizada tanto en el ámbito legal como en el social, pues es la antesala de otro tipo de violencias.
Daniela Villegas, quien es especialista en activismo feminista juvenil del Centro de Investigaciones sobre Estudios de Género (CIEG) explicó en una entrevista para la gaceta UNAM, las “red flag” de los diferentes niveles de violencia que advierten sobre la situación de riesgo en la relación.
De acuerdo con la especialista, no es necesario esperar a una agresión física para que exista una “red flag”, pues acciones como las bromas hirientes, chantajes, celos, ley del hielo, intimidación o control, son alertas y lastiman la autoestima, y en el proceso, la persona que es víctima de estas conductas empieza a alejarse de sus amigos, de sus familiares y a dudar de sí misma, por ello sugiere que donde la persona no se sienta cómoda, lo mejor es alejarse, ya que es importante deconstruir estereotipos y privilegiar la horizontalidad entre géneros.
Según el INEGI, las relaciones de pareja comienzan entre los 12 y 13 años de edad, y los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en el Noviazgo realizada por el Instituto Nacional de la Juventud en 2007 revelan que siete de cada diez adolescentes de 15 años o más experimentaron violencia psicológica, sexual o física; pero solamente entre un 4 y un 10 por ciento denuncian ante las autoridades.
Para Claudia Ivethe Jaen Cortés, docente en la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, el bajo índice de denuncias se debe a la revictimización de los afectados y por el desconocimiento de los procedimientos legales, por lo cual, es importante informar sobre cómo actuar ante casos de violencia, empezando con los niños.
“Las agresiones inician entre risas, con un jugueteo agresivo”, explica, pero es difícil que las personas detecten el abuso en su relación pues depende mucho de su tolerancia ya que va desde apodos, en “tono cariñoso”, nalgadas, pellizquitos y empujones, pero cuando se presenta un conflicto es cuando la situación escala hacia conductas agresivas, y mientras para unos puede ser una ofensa un apodo o un pellizco, para otros quizá no signifique “gran cosa”.
El Instituto Mexicano de la Juventud recomienda a los jóvenes identificar cómo se sienten cuando están con su pareja a fin de detectar si están en una relación violenta, “si te sientes libre de comentar sobre algún tema de interés o de hacer cualquier cosa cuando estás a su lado sin el temor de que se enoje o se ponga agresivo, te insulte y te haga hacer cosas que no quieres, como cambiar tu forma de vestir o de convivir con otras personas”, y recomienda buscar ayuda y acercarse a sus familiares y amigos.