Llegó la temporada de chiles en nogada, un platillo tan tradicional como polémico, pues aunque existen recetas tradicionales para su preparación, también se presentan variaciones en cuanto a presentación e ingredientes.
Lo cierto es que este platillo lleva los tres colores de la bandera mexicana, el verde con el chile, pero también el perejil; el blanco, con la nogada y el rojo con los granos de granada fresca que lo decoran.
La cultura popular señala que su origen se encuentra en 1821 cuando unas monjas agustinas prepararon dicho platillo para celebrar la independencia de México y recibir a Agustín de Iturbide luego de la firma del Tratado de Córdoba y, de ser cierta esa leyenda, este tradicional platillo tiene más de 200 años.
Pero Alberto Peralta de Legarreta, quien es doctor en Historia y Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, refirió en una entrevista para El Financiero que desde 1831 existían recetas de este platillo más no se ha podido comprobar esa teoría que lo relaciona con Iturbide, pues no se ha logrado documentar la presencia de Iturbide en Puebla, el 28 de agosto de 1821, y tampoco se ha podido comprobar que haya surgido en la época barroca, como algunos los quieren situar.
Dijo que aunque se ha documentado la existencia de chiles con carne de cerdo o picadillo con frutas, desde principios del siglo XIX, en el libro “Vivan los tamales” de Jeffrey M. Piller es donde se encuentran algunas recetas parecidas.
Pero la batalla sobre si deben o no ir capeados o de dónde son originarios, está perdida pues caben las versiones locales y tanto en Puebla tienen razón sobre la receta capeada, como en Ciudad de México con la receta sin capear pues existen variaciones de las recetas tradicionales por región.