jueves, octubre 31, 2024
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La sensibilidad y poca tolerancia a la frustración, son características recurrentes que los especialistas mencionan para definir a la llamada “generación de cristal”, término acuñado por Montserrat Nebrera, filosofa y política española, quien identificó dentro de esta categoría a los nacidos después del año 2000, no obstante, hay quienes consideran que dicha etiqueta tiene una visión limitante para los jóvenes de esta generación, pues destacan otras habilidades en ellos.

De acuerdo con Nebrera, dicha generación existe desde hace dos décadas y carga con crisis de modelos económicos y de la pandemia, más allá de la salud; y aunque la transparencia es parte de su esencia también está “presionada por vivir a toda mecha”, vive a prisa, acumula información y siente la necesidad de logros inmediatos.

“A veces, ese cristal puede estar cubierto por el polvo de la inactividad o agrietado por la presión del vivir a toda mecha, lo que hace que en la mayor parte anide la necesidad de que los sueños se realicen ya, porque en sus referentes (youtubers, influencers, modelos o cantantes, casi nunca escritores, pintores, escultores, arquitectos o políticos) solo se aprecia el final de éxito y no el camino realizado y, sobre todo, nadie advierte que son la punta de un iceberg en el que el famoso o exitoso asienta sus reales sobre una legión de fracasos”, escribió la catedrática en la revista digital El Nacional, bajo el título Generación cristal.

En un artículo publicado por Brenda Martínez en la revista Goya, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual tituló “Los doce estereotipos de la Generación de cristal”, explica que esta generación vive en un contexto donde las tecnologías con que ha crecido se han convertido en extensiones humanas y un arma de doble filo en esta generación pues “nos alejaron de los cercanos”, además considera que son jóvenes que carecen de tolerancia ante la crítica, que se frustran rápidamente, y son sensibles a situaciones cotidianas.

Paula Rice y Margrethe H. Bakke, quienes participaron en la mesa redonda titulada “¿Es la generación de cristal más sensible?”, organizada por la Doctora Lucie Sara Zadvona, concluyeron que etiquetar a los jóvenes como generación de cristal “es problemático”, pues se trata de una perspectiva limitante.

Para las especialistas, esta generación participa de manera más activa en temas y situaciones de justicia social, “se enfrenta a comentarios negativos a través de las redes sociales, utiliza con éxito las tecnologías digitales y muchas cosas más”, según lo publicado en un artículo del Instituto para el futuro de la educación del TEC de Monterrey.
Como resultado del sondeo realizado por la Fundación SM, a través del Observatorio de la Juventud Iberoamericana, titulado “Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta”, los jóvenes encuestados perciben “como atributos de sí mismos y de su generación, la sensibilidad hacia los problemas sociales, el reconocimiento de la importancia de la salud mental y baja autoestima, e identifican la defensa de la diversidad como una cuestión más generacional que propia”.

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